Eider Mendoza: “Mantener la vitalidad y la fuerza del asociacionismo es una prioridad de primer orden»

La Diputación ha reunido a más de 220 representantes de asociaciones guipuzcoanas para reflexionar sobre el futuro del asociacionismo en el encuentro ‘Construyendo comunidad desde el asociacionismo’

Tabakalera ha acogido a más de 220 representantes de asociaciones de todo Gipuzkoa en la jornada «Construyendo comunidad desde el asociacionismo», organizada por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Este evento, que inaugura la programación conmemorativa del milenio de la primera referencia documental de Gipuzkoa, tiene como objetivo trazar una estrategia participativa para revitalizar la comunidad y preparar al tejido asociativo del territorio ante los desafíos de una sociedad cada vez más compleja e individualista. La apertura de la jornada ha estado a cargo de la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, quien ha subrayado la importancia crucial del asociacionismo en el territorio. En sus palabras: “Mantener la vitalidad y la fuerza del asociacionismo es una prioridad de primer orden, porque las asociaciones son la vía de expresión y participación comunitaria, la columna vertebral de la comunidad que conformamos todas y todos”. Mendoza también ha destacado que, en su diversidad, las asociaciones promueven “la participación ciudadana frente a retos colectivos y son transmisoras esenciales de valores comunitarios”.

La jornada ha contado con la participación de especialistas del ámbito académico y social, quienes han abordado los profundos cambios que enfrenta el asociacionismo actualmente. Mendoza ha señalado que factores como la expansión del individualismo y el consumismo global, así como los cambios demográficos, están transformando las bases del asociacionismo en Gipuzkoa. “Incluso hay personas que nos transmiten su preocupación ante la falta de relevo generacional dentro de las asociaciones”, ha reconocido. Sin embargo, ha instado a ver estos desafíos como una oportunidad: “La realidad del asociacionismo está cambiando, y las nuevas circunstancias nos exigen encontrar nuevas respuestas. Queremos identificar esas soluciones desde la colaboración, entre todas y todos, para reforzar nuestros valores comunitarios”.

Según ha completado la diputada general, la celebración de los mil años desde la mención escrita más antigua de Gipuzkoa, que las instituciones guipuzcoanas están organizando bajo el lema Ipuskoa. Izanetik izena 1025-2025, servirá, precisamente, para “reforzar los fuertes valores comunitarios” que nos caracterizan como territorio. Los encuentros como el de hoy que, en torno a diversas temáticas relacionadas con la comunidad, se celebrarán a lo largo del año, servirán a desarrollar una Estrategia para el Fortalecimiento de la Comunidad en Gipuzkoa. “La vida en comunidad, sentir el apoyo de la comunidad a la vez que participamos en ella, es uno de los factores de bienestar integral más importante para las personas”, ha recordado.

Finalmente, Mendoza ha querido “agradecer y reconocer” la labor que miles de personas que dedican “su tiempo y restan horas a sus familias y a sus aficiones”, comprometiéndose “en favor de una sociedad y de un país mejor”. “Sigamos trabajando conjuntamente para que Gipuzkoa avance como comunidad responsable, de enorme vitalidad, que cuida del bienestar integral de todas las personas”, ha añadido.

A lo largo de la jornada, las y los asistentes han participado activamente en reflexiones y debates, apoyados por estudios presentados por la Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea. Estas investigaciones han aportado un diagnóstico sobre la situación actual del asociacionismo y las claves para el desarrollo y el bienestar en Gipuzkoa.

Un crecimiento sostenido

El análisis presentado por Martin Zuñiga, profesor e investigador de la Universidad de Deusto, ofrece una visión preliminar sobre el estado del asociacionismo en Gipuzkoa, destacando su evolución y tendencias en un contexto social caracterizado por el individualismo creciente. Aunque podría suponerse que estas tendencias afectarían negativamente al asociacionismo, los datos revelan un crecimiento sostenido en el número de nuevas asociaciones desde los años 80, con un aumento armónico en diversos municipios del territorio. Por ejemplo, en 2020 se registraron 159 nuevas asociaciones en Gipuzkoa, distribuidas en 40 localidades, con Donostia liderando la lista, seguida por Irun, Hondarribia y Eibar. En los últimos cinco años se han creado 1.128 nuevas asociaciones en Gipuzkoa, mientras que 2.467 han actualizado sus estatutos, lo que sugiere que al menos 3.595 asociaciones permanecen activas en este período. Probablemente la cifra real sea aún mayor, pero este dato, basado en el análisis de los últimos cinco años, sirve como referencia inicial, según ha explicado Zuñiga.

A pesar de este crecimiento cuantitativo, Zuñiga señala un cambio cualitativo en el perfil de las asociaciones. La tendencia actual apunta hacia una mayor sectorialización y profesionalización, con entidades que responden a necesidades más específicas, en contraste con un asociacionismo más colectivo y reivindicativo de décadas pasadas. Este cambio sugiere que la participación, antes guiada por grandes relatos e ideologías, ahora responde a motivaciones más instrumentales y racionales. Según el investigador, “aunque este fenómeno podría interpretarse como una crisis para algunas formas tradicionales de participación, también refleja una transformación que mantiene vivo el carácter asociativo de Gipuzkoa”. Sin embargo, subraya la necesidad de continuar investigando para diseñar estrategias que fortalezcan el capital social del territorio y su resiliencia ante los retos futuros.

El estudio presentado por Andoni Eizagirre, profesor e investigador de Mondragon Unibertsitatea, analiza la diversidad y las dinámicas del tejido asociativo en Gipuzkoa desde dos enfoques complementarios. Por un lado, aborda la amplia tipología de asociaciones que existen, desde las surgidas espontáneamente por solidaridad o necesidad práctica, hasta aquellas estructuradas en torno a intereses sectoriales, religiosos, políticos o culturales. Este variado repertorio refleja el rico capital social de Gipuzkoa, con ejemplos que van desde las asociaciones vecinales y deportivas, hasta redes más informales como las cuadrillas y las comisiones de fiestas, que también cumplen un papel esencial en la construcción del sentido de comunidad.

Por otro lado, Eizagirre destaca que el impacto positivo del asociacionismo depende de su capacidad para fomentar comunidades abiertas, inclusivas y colaborativas, más allá de sus propios intereses internos. Según el investigador, la calidad del tejido asociativo se mide en su contribución al bien común, su apertura a la pluralidad y su capacidad para trabajar en corresponsabilidad con otras entidades y administraciones públicas. Estos elementos son clave para comprender cómo las asociaciones pueden fortalecer el tejido social y promover un modelo de comunidad más justo y solidario.

Próximos pasos hacia una estrategia renovada

Además, se ha anunciado la celebración de nuevos encuentros, incluyendo una jornada en mayo centrada en los valores comunitarios desde perspectivas históricas, sociológicas e internacionales, así como otros tres encuentros a lo largo de 2025 que abordarán la diversidad, la competitividad y el sistema de protección. Con estas iniciativas, la Diputación reafirma su compromiso de trabajar junto al tejido asociativo para garantizar que el asociacionismo siga siendo un pilar esencial en el progreso y cohesión de Gipuzkoa. Este proceso colaborativo permitirá construir una Gipuzkoa más fuerte, solidaria y preparada para los retos del futuro, gracias a una estrategia compartida entre agentes e instituciones con la que se reforzará el papel de las personas, se impulsarán nuevas redes de colaboración y se trabajarán claves para garantizar la sostenibilidad en el tiempo de las asociaciones de Gipuzkoa.